A pesar de que muchas veces los términos “Energías renovables” y “Energías limpias” se usan como iguales, la verdad es que esta última es aquella que, en su producción, existe un bajo impacto contaminante. Es decir, es un tipo de energía renovable que proviene de una fuente ilimitada como el aire, el agua o el sol, entre otras, y que a su vez no daña al medioambiente.
La pandemia ha creado desafíos incontables, uno de ellos fue la continuación de la puesta en marcha de las energías limpias, especialmente porque las cadenas de suministro, fabricación y el acceso al capital se vieron afectados. Sin embargo, las tendencias sostenibles siguen siendo positivas y se fortalecerán a largo plazo, pues la emergencia climática es una preocupación latente en toda la población.
Producto de la necesidad de controlar los efectos que tiene la generación de energía en el cambio climático, se torna indispensable continuar de manera efectiva con el desarrollo de proyectos para generar energía limpias. La Comisión Nacional de Energía (CNE), señala en su Reporte Mensual ERNC del mes de Agosto 2020, que desde Julio de este año se encuentran en construcción un total de 104 proyectos de Energías Renovables No Convencionales, los cuales contemplan una fecha de ingreso a operación entre julio de 2020 y enero 2022 sumando a un total de 5.515 MW, lo que significa un aporte importante a la disminución de la huella de carbono.
Nuestra presencia en proyectos PMGD durante el presente año ha sido en más de 20 proyectos, que a su vez suman una potencia de 80 MW, además, hemos participado en 30 grandes proyectos con 3.500 MW de potencia instalada.